En la tarde el Sol continuaba brillando, pero el viento hizo de las suyas y aunque no afectó a la Procesión, sí que la deslucía al apagar las velas de los candelabros y candelería de la Virgen de la Esperanza.
La Estación de Penitencia comenzaba puntualmente a las 19:00 horas, la puertas se abrieron al toque de reloj de la espadaña de la Ermita de la Rosa. Una vez los pasos situados en la Plaza llegó judas y vendió al Hijo de Dios, realizándose una vez más "El Prendimiento", esta vez con más vistosidad, ya que los romanos llegaron con un nuevo ritmo acelerado de tambor y las genuflexiones se realizaron por toda la banda al unísono. Destacar la labor de las cuatro cuadrillas de costaleros que estuvieron sublimes en su trabajo y por supuesto al nuevo cuerpo de ciriales de la Virgen y a la banda que se marcaron unas 30 marchas durante todo el recorrido.
Emotiva la salida del titular, donde un costalero, Anto
nio Tejedera, que se encuentra hospitalizado, pudo escuchar vía móvil toda la salida en directo, sus hermanos quisieron compartir con él ese momento, sobre todo agradeciendo a Jesús Preso su mejoría. No menos emotiva fue la ofrenda floral a la Virgen de la Caridad en sus tristezas en la Parroquia del Santo, a los sones de "Medea" el paso del Titular se adentró en el atrio de la casa de Solano hasta quedarse besando las columnas. Tanto cuadrilla como banda recibieron los aplausos de los que allí se congregaron, haciendo cada año de este momento uno de los más vistosos de toda la Semana Santa.
Las hermanas de la Columna de nuevo mimaron el paso de su Cristo, no se puede llevar con más elegancia al Cristo azotado, es una cuadrilla de tiralíneas, siempre rectas y por donde hay que ir, por el camino de la gloria. La Agrupación Musical La Unión de Montilla fue el complemento perfecto para "las niñas" de esta Hermandad. Con su andar infinitamente suave, estas trabajadoras del varal, hicieron más llevadero el sufrimiento de los azotes de Nuestro Señor.
Como colofón siempre nuestra Madre de la Esperanza, este año guiada por la luz de los ciriales y con una cuadrilla que roza los veinte años de media. Los jóvenes fueron los pies de María Santísima en la tarde del Jueves Santo, y siguiendo sus pies los costaleros más veteranos que aunque no la sienten en sus hombros, si que la acompañan durante el recorrido. Fue tanta la devoción que se respiró en la plaza de la Rosa, que el cielo rompió a llorar pétalos de flores al paso de la Reina del Jueves Santo.
A todos los que de una forma u otra trabajasteis para este día, MUCHAS FELICIDADES y mi más cordial enhorabuena por la Estación de Penitencia. Cuantos más hermanos estemos unidos para trabajar por esta causa, más grande será nuestra Hermandad.
GRACIAS HERMANOS
Antonio Repiso Hidalgo - Hermano Mayor
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